Extracto del libro "Espectro Autista: Una guía para padres y profesionales" de Clelia Reboredo
Entre las dificultades que presentan los niños con TEA, se encuentran las alteraciones en el patrón de sueño. Las investigaciones más recientes establecen que entre el 50 y el 80% de los niños diagnosticados presentan trastornos relacionados con el sueño. Los trastornos del sueño afectan la conducta y la calidad de vida del niño y también de su familia, ya que aumentan la irritabilidad, los berrinches, etc. Así como otros trastornos presentes en el TEA, las dificultades en el sueño son susceptibles de mejorar si se aplican ciertas estrategias. Hasta ahora no se ha podido definir con precisión la causa de las alteraciones en el patrón de sueño de los niños con TEA, y si bien hay ciertas hipótesis, todas requieren de mayor investigación y apoyos empíricos. Si bien hay distintos abordajes para dicho trastorno, nosotros nos basaremos en los enfoques basados en la modificación de la conducta y en todas aquellas situaciones ambientales que podrían estar contribuyendo de manera negativa a la conciliación del sueño. De todas formas cada familia de manera conjunta con su equipo terapéutico deberá determinar cuál o cuáles son las mejores estrategias para ese niño y esa familia en particular. Para comenzar debemos hacer un registro diario durante al menos dos semanas. En dicho registro deberá quedar consignado los alimentos y bebidas que el niño consume una hora antes de acostarse, la hora en que se lo lleva a dormir, como es su conducta al momento de acostarse, como reaccionan los padres, a qué hora se despierta, si duerme la siesta cuanto tiempo por día, y finalmente las horas totales del sueño por día. Esto nos permitirá encontrar factores comunes o descartar variables. Estrategias Básicas • Es necesario establecer desde el comienzo hábitos adecuados de sueño, así como mantenerlos sistemáticamente: Es importante generar hábitos positivos a la hora de ir a dormir, como por ej. conciliar el sueño solo sin la compañía de mama o papa; en su propia cama, en un horario más o menos habitual. Estas medidas no solo favorecen la independencia sino que también son preventivas a mediano o largo plazo.
• Suprimir las siestas a partir de cierta edad: Es aconsejable a partir de los 3 o 4 años evitar los tiempos de sueño durante el día. Esto favorece el hecho de que el niño llegue cansado al momento de acostarse a la noche.
• Crear rutinas cortas y sencillas para ir a dormir: Todos los niños, y sobre todo los niños pequeños y los niños con TEA, se benefician de las rutinas y los tiempos estructurados. Esto les permite sentirse seguros y tranquilos, a la vez, que anticipar lo que va a ocurrir y lo que se espera de ellos. Es por esto se recomienda establecer una rutina de 4 o 5 pasos sencillos que se lleve a cabo de manera consistente todas las noches como anticipación del momento de acostarse. Por ejemplo una rutina podría ser: bañarse, cepillarse los dientes, leer o mirar un cuento y acostarse. Se deben evitar las nuevas tecnologías y los juegos muy estimulantes: es frecuente ver niños con autismo que se sobre-estimulan con actividades como jugar con tabletas, computadores, televisores o con juegos motores (como correr, saltar, etc.). Es importante cambiar este tipo de actividades por otras más tranquilas por lo menos dos horas antes de que llegue el momento de ir a dormir.
• En aquellos niños que presenten hipersensibilidad a ciertas texturas se deberá comprobar que el tacto de las texturas como pijamas, etiquetas, sabanas, etc.; no estén provocando sensaciones incomodas en el niño y por lo tanto generando irritabilidad y berrinches.
ARGENTINA: Guía para Padres y Profesionales edición: http://bit.ly/2vHTVAT
MÉXICO: Guía para Padres y Profesionales digital: http://bit.ly/2gF30k8
CHILE: Guía para Padres y Profesionales digital: http://bit.ly/2eZxAEN
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